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Israel estaba consagrado al Señor,
era el fruto primero de su cosecha;
quienes comían de él,
sufrían las consecuencias,
el castigo se cernía sobre ellos
—oráculo del Señor—.

Pleito con el pueblo y los profetas

Escuchad la palabra del Señor, casa de Jacob,
familias todas de la casa de Israel.
Así dice el Señor:
¿Qué culpa encontraron en mí vuestros antepasados,
qué maldad para alejarse de mí?
Se fueron detrás de naderías
y acabaron siendo una nada.

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